martes, 9 de marzo de 2010

Palabras en la nada

La noche cae, inmensa y lejana.
La nada, entre el oscuro, vocifera esencias de eternidad,
y las breves sombras acicalan la soledad de los vacíos.

El silencio se inspira, puro,
como los cristales del océano,
embalsamado con el sutil néctar del rocío.

Simple y claro como una estrella,
como una cuajada temblorosa de la lluvia de marzo,
seduce a la sibilina soledad
de la noche infinita.

Las palabras mudas pasan, taciturnas,
por la noche y por mi alma.

La luna se inflama y el viento, a su paso, murmura.

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