sábado, 26 de diciembre de 2009

Tierra madre

Está llorando, mamá sufre;

la maltratan y ella llora,

mucha pólvora, olor a azufre.


Y la situación no mejora

pan para hoy y mañana hambre

es lo que le dan sin demora.


Al lavar su conciencia el hombre,

donativo y me descuido,

no es su problema el mundo pobre.


Muchas acciones sin sentido

y teorías sin práctica,

la tierra madre en el olvido:


ÁFRICA.

A la deriva

En el mar de dolorosos recuerdos
que la tormenta de mis lágrimas tiñó
del triste color del amor no correspondido,
hoy he vuelto a perderme, a la deriva
tras los azotes de la tempestad,
en esa aparente calma muero de sed,
rodeado de agua.
Yo el Odiseo perdido, y tu dulce voz,
que con medidas palabras despertó mi sentir,
el canto de sirena que enloquece mi ser.
La luz de tus ojos, el faro de mi Ítaca,
lucero perdido por negros nubarrones;
y la brisa de tu perfume, hoy huracán,
me hizo perder el rumbo, y la esperanza
quebrada quedó.
Hoy he vuelto a perderme,
en el mar de dolorosos recuerdos
que la tormenta de mis lágrimas tiñó...

domingo, 20 de diciembre de 2009

Entre los bosques


Corre en el bosque, grácil Dulcinea,
y de las ondas de tu melodía
en la hondonada derrama la amnistía
del alma triste que el placer abnega.

Salta y ríe, mi ninfa, musa amada,
torna en verde ese deshojado enjambre,
y en lirios muda el espinado alambre
que cercena mi huerta acrisolada.

Bebe el viento en mi arroyo plateado
y toma el fruto rojo en mi manzano,
que preso por ti, su vejez escombra.

Y usa las nubes como fiel heraldo
para susurrar con talle artesano
que el verde nunca se deshará en sombra.

A Marina


El Sol despunta en el horizonte,
alejando las sombras de la Noche
acuchilladas por haces de luz,
que se disipan jugando a esconderse
entre raíces y surcos de viento y azur.
Es una mañana de Abril.
Las gotas de rocío bañan el jardín
como perlas zafiradas de un antiguo Edén,
y el Céfiro acude a besar
las madreselvas que escalan tu ventana
para acariciar tu sonrisa despeinada.
Amenece el día en nuestra alcoba.
Mi mirada cae absorta por el cristal
acrisolado que anuncia un Sol de nácar,
y mi rostro taciturno aún recuerda
aquel sueño -teñido de champac y de ámbar gris-
del que nunca supo el final.
Mis pupilas resiguen las sábanas vacías
con la casi pueril esperanza de verte
en ellas dibujada.
Ha amanecido otra mañana de Iris
y aún no has regresado.
Me pides que no te anhele,
que no añore acariciar tu cabello,
beber de tus ojos de esmeralda
y besar tus labios de húmedo fuego.
Sin embargo, no comprendes.
Quiero ver del día los albores acostado a tu vera,
y respirar juntos de la floresta su almizcle.
Porqué si tu estás lejos, pequeña,
a mi jardín se le olvida que es Primavera.

Su luna en nada

Surca la nieve en las tierras del norte
el paso de su rumbo solitario,
nadie acompaña al lobo estepario,
sólo la sombra de su digno porte.

Atentos, perdidos, de un brillo zafio
sus ojos de plata miran al mundo,
mora entre sombras el gris vagabundo,
silencio desierto será su epitafio.

Mas si las estrellas doran el cielo
y la noche baña perla argentada
el viejo lobo descubre su velo

y aúlla, amargo, hacia su musa amada
mientras se disfraza del oscuro miedo
que el alba torne su luna en nada.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Dulce bifácica



Sentir el recoveco de la ausencia,
y el pecho inundado en viva llama,
arder entre los lienzos de una cama
y oír solo ese desierto que silencia.

Mas saber que la ausencia es immediata,
y aún oler en mis manos tu perfume,
y el latir de un corazón loco que ya asume
que es tu amor quien me da vida y quien la mata.

¡Bendita sea, pues, esta zozobra!
Que el Noto que hoy ruge en mi tierra quemada
se torne mañana en Céfiro tierno.

Ésta es la deuda que tu amor se cobra:
que more perdido en una posada
en linia frontera entre cielo e infierno.

Vacío



La saja de Cupido es su simiente.
Es un áspero limón podrido,
es una cerveza caliente
en una mañana de estío.

Son temblores fríos en la tarde de mayo,
es una oda a la aspereza,
es un soneto mal trabado,
es una elegía a la belleza.

Es el roce de unos labios que no aman,
es el recuerdo de un amor perdido,
que la ausencia y la distancia juntos amantan.

Es el beso de un corazón herido,
es veneno que sacia si no hay agua.
Es el sello de no ser correspondido.

Aún recuerdo tus pétalos


Aún recuerdo tus pétalos, rosa,
el viento que hacía volar tu falda,
aún me miran tus ojos de esmeralda
tallados en blanca lírica prosa.

Aún mis caricias resiguen tu piel,
se aposentan amantes en tu pecho,
y lágrimas de un corazón deshecho
claman por sentir de tus besos su miel.

Tristes recuerdos las rosas de antaño,
que es sabio quien al olvido ofrecía
para evitar el insufrible daño

de la llamarada de infausta pasión,
de la pluma que llora poesía
en la pared oscura de mi prisión.

Despertar cínico

La vida es siempre tan bella y hermosa,
es fácil ser feliz, todo es bonito,
crecer, amar, soñar, ir despacito
y verla pasar vestida de rosa.

La existencia no es, para nada, sosa;
cada uno tiene su credo o su rito,
para ser feliz solo necesito
crecer, amar, soñar y poca cosa.

Senda que atraviesa un campo de flores,
es la visión mágica que me alienta
en la ruta de la vida en que voy.

En la realidad solo hay dolores
así yo al leerme esto me doy cuenta
lo cínico que me he levantado hoy...

A mi abuelo

Amor, respeto y admiración para la gente mayor.
Para mi abuelo, que ve como se hace mayor sin poder evitarlo, que recuerda lo que antes hacía y ahora no puede y después de escuchar como me decía: "Nunca quieras hacerte viejo a ningun precio", este humilde poema:


Desde mozo
vida dura:
la posguerra,
dictadura...
Sus vivencias,
su bravura,
joven brío
que aún perdura.
El trabajo
su cultura,
en el huerto
tiene cura,
siempre amando
la natura.
Como un fruto
que madura
la edad puso
la cordura.
De difícil
escritura
su pericia
simple y pura,
por edad
adquirida.

A la soledad




La noche,
cielo nublado,
oscuridad.
Humo denso
ya no esconde
la verdad:
El silencio,
más allá
la soledad.

Su luna en nada



Surca la nieve en las tierras del norte
el paso de su rumbo solitario,
nadie acompaña al lobo estepario,
sólo la sombra de su digno porte.

Atentos, perdidos, de un brillo zafio,
sus ojos de plata miran al mundo,
mora entre sombras el gris vagabundo,
silencio desierto será su epitafio.

Mas si las estrellas doran el cielo
y la noche baña perla argentada
el viejo lobo descubre su velo,

y aúlla, amargo, hacia su musa amada,
y se disfraza del oscuro miedo
de que el alba torne su luna en nada.

A la búsqueda de la felicidad


Ignorante feliz,
sabio atormentado,
uno por no pensar,
otro por demasiado.

Felicidad no encuentras,
buscando has fracasado,
aunque siempre estuvo ahí,
siempre, a tu lado.

martes, 15 de diciembre de 2009

Manifiesto de los poetas de alcantarilla



Cual en la nube de plata el cometa
navega en el asfalto nuestra lira;
cuando el postrer fulgor del sol expira
renace entre tinieblas el poeta.

Entre el pérfio hedor, iracundos
volcamos nuestros versos a lo incierto,
regalamos al viento inocuo y yerto
pasiones de unos ebrios trotamundos.

Son heraldos de arte para el pueblo,
del puño antagonista del fantoche,
de dormidas conciencias pesadilla,
de la cultural élite el anieblo...
Somos ratas que surgen por la noche.
Somos los POETAS DE ALCANTARILLA.